VINO NATURAL vs VINO de PARCELA, ¿BUROCRACIA?

Para hablar de un buen vino, se decía que no tenía química. La realidad era que esto se debía más a la falta de medios económicos y conocimientos de enología que a otra cosa.
Sin embargo hoy día entre el buen hacer del enólogo y un exceso de tratamientos químicos hay una línea muy clara y reglamentada.
Aun así hay un buen número de elaboradores de vino que aún a riesgo de presentar vinos claramente defectuosos dejan que la naturaleza siga su curso y presentan vinos de difícil digestión y malos a la vista, al olfato y al gusto en nombre de lo “natural”, pero estos vinos deberían llamarse “vinos imprevisibles”.
Lo natural es otra cosa que habría que estudiar con detenimiento. Quizás para mi como médico y bodeguero la filosofía mas acertada se basa en que, “el mejor tratamiento es aquel que no hay que dar”, y esto se debe aplicar entre otras muchas cosas a la elaboración del vino.
Los que elaboramos de forma artesanal y que desde la cepa hasta la botella controlamos todo el proceso porque son nuestras viñas, debemos hacerlo de forma sostenible, persiguiendo una huella de carbono 0, no utilizando pesticidas de ningún tipo, cuidando el medio ambiente, preservando la biodiversidad y usando la tecnología que nos permite elaborar un producto sano, seguro y complementario con el medio en que estamos.
Es más una cuestión de ética y compromiso medioambiental que de rellenar y cumplir requisitos dictados a veces por burócratas muy alejados de la realidad del mundo rural.